Bogotá, Colombia, 13 de Octubre de 2.011
Buenas tardes:
Me llamo José Luis Montesinos, y soy el Consejero Delegado para Chile de la empresa PI3NET Ingeniería, S.A.
Evidentemente,, mi presencia hoy aquí no tiene que ver en absoluto con mi posición de Consejero Delegado para Chile, si no más bien porque también desarrollo proyectos de instalaciones de biogás y biomasa dentro de la ingeniería PI3NET, así como de otro tipo de tecnologías relacionadas con al energía y el medio ambiente.
También tiene que ver mucho con la insistencia de la gerente del congreso Claudia Molina a quien quiero agradecer personalmente sus esfuerzos por hacer posible que hoy esté aquí y por supuesto a la Corporación Académica Ambiental, Universidad de Antioquia, IPSE, Universidad de Bogotá, Cámara de Comercio y demás organizadores y participantes por brindarme amablemente la oportunidad de compartir mis experiencias en un tema tan apasionante como el de la producción de energía a través de la biometanización, que espero sea de su interés.
Como ven en la diapositiva trataremos el tema en varios puntos que yo dividiría en dos grandes bloques. En primer lugar, un bloque más técnico y descriptivo de lo que es generar energía a través de la biometanización y, en segundo lugar trataremos de exponer y compartir algunas reflexiones acerca de los usos, el funcionamiento y, en definitva, de las estrategias que hay que atacar para que la biometanización sea una fuente de energía válida, principalmente, en medios rurales.
El primer bloque consta de los puntos Introducción, Fermentación Anaeróbica, Factores de Influencia y la Descripción de una planta de biogás industrial.
La segunda parte comprende el resto de puntos. Generación de Electricidad y de Calor, adelanto ya que el éxito de las plantas de biogás depende del aprovechamiento de este calor, hablaremos de Rendimiento Energético, de Aspectos Económicos, y finalmente de la Situación Actual si nos da tiempo, puesto que tenemos el tiempo que tenemos y no quisiera extenderme más allá del que tengo disponible.
En cualquier caso hay que tomar esta ponencia como una mera introducción en la que podemos profundizar más tanto en los aspectos técnicos, como en los económicos o de funcionamiento.
Introducción
Veamos en primer lugar de qué estamos hablando:
“La biometanización es el proceso por el que ciertas bacterias anaeróbicas (es decir, que viven en ausencia de oxígeno) producen ciertos gases al descomponer la materia orgánica, estos gases lo que conocemos como biogás”
Y como dice la definición de biogás está compuesto por metano y dióxido de carbono, principalmente, en la posterior diapositiva veremos más exactamente la composición.
Hay que destacar que la biometanización es un proceso totalmente natural que se produce diariamente en el planeta, como parte del ciclo de la vida, allá donde haya residuos orgánicos.
Lo que llamamos biogás es lo que desde antiguo se conoce como gas de la ciénaga o del pantano, y se acumula en pozos negros o cloacas, y es por lo que hay que dejar respirar el pozo si queremos trabajar en él, es decir, dejar que estos gases tóxicos salgan y así evitar una intoxicación.
El biogás se conoce y se utiliza para generar energía desde el siglo XVII, sobre todo en zonas rurales de India o China. Ya entonces se aprovechaba como combustible en rudimentarios aparatos a gas: cocinas, luces,…
Es por tanto una fuente de energía ligada al medio rural desde hace más de 400 años, que perdió fuerza por la pujanza del petróleo y que a día de hoy se presenta como una alternativa razonable para núcleos de población agrícola y, sobre todo, ganadera.
Como verán en la diapositiva el biogás se compone principalmente de metano entre un 54 y un 70%, dióxido de carbono entre un 27 y un 45%, hidrógeno entre un 1 y un 10%, nitrógeno y ácido sulfhídrico en pequeñas proporciones. Esta composición dependerá, evidentemente, de la composición de la mezcla con la que alimentemos al digestor de nuestra planta de biometanización o de los residuos que haya en la ciénaga o en la cloaca.
En este punto me interesaría destacar que el biogás que vayamos a obtener es lo que conocemos como un gas pobre pues su contenido en metano es inferior al 70%, y siendo el metano el gas que posteriormente alimentará energéticamente los generadores eléctricos, interesa pues que su proporción sea la mayor posible.
Por nuestra experiencia conocemos plantas que están consiguiendo concentraciones de metano, dentro del biogás, en torno al 55 o 60%. Hace unos días comenté con una persona que se dedica a la explotación de plantas de biogás, que estaban consiguiendo concentraciones cercanas al tope superior del 70%.
Quiero volver a incidir en que la composición del gas depende, en gran medida de la dieta, del menú que le suministramos a la planta, y los técnicos, al menos en España, aunque supongo que será igual en cualquier otra parte, son tremendamente celosos con este menú, de forma que no resulta sencillo, al menos yo no lo consigo, que me detallen las cantidades y proporciones que introducen en el sistema.
Y esta composición del gas al final, para lo que a nosotros nos interesa, que es la producción de energía, determina que tengamos un poder calorífico de entre 18 a 23 MJ/m3. Está es nuestra producción energética máxima. Para obtener las potencias que podría desarrollar nuestra planta, debemos estudiar entre otras cosas, de nuevo la dieta.
Teniendo en cuenta que el proceso de biometanización, llamado FERMENTACIÓN ANAERÓBICA, tiene determinadas fases previas por las que hay que pasar hasta que obtenemos el biogás.
La FERMENTACIÓN ANAERÓBICA es el proceso de fermentación de la materia orgánica en ausencia de oxígeno. Es el último eslabón de la digestión de la materia orgánica, que devuelve los elementos básicos al inicio del ciclo.
Es un proceso tremendamente complejo que involucra a un número muy importante de bacterias y microrganismos distintos. Las bacterias que generan el metano son anaerobias, por lo que no pueden vivir en presencia de oxígeno. Además el proceso es muy sencillo a los cambios ambientales.
Las fases de la fermentación comienzan con la fase de hidrólisis, donde las bacterias de esta primera etapa descomponen en dióxido de carbono, hidrógeno diatómico y cadenas carbonatadas cortas las largas cadenas de la materia orgánica. Con posterioridad se produce una acidificación donde las llamadas bacterias acetogénicas degradan los ácidos orgánicos de la fase anterior y las convierten en grupos acéticos y como residuos de nuevo, dióxido de carbono e hidrógeno. Esta fase necesita un aporte de energía que veremos con posterioridad de dónde la sacamos.
Finalmente, llegamos por fin a la fase que produce el metano, nuestro combustible, donde unas bacterias, bastante peculiares y que se cree provienen de un género bastante primitivo, degradan las cadenas acéticas y producen metano y dióxido de carbono.
Todas estas bacterias han de convivir en el digestor, donde se produce la fermentación propiamente dicha, donde nuestra planta de producción de energía. Son muy distintas entre ellas puesto que si bien las de las fases de hidrólisis y acidificación son poco sensibles a los cambios y se reproducen con facilidad, las bacterias metanogénicas son particularmente sensibles a las variaciones de acidez y temperatura y de difícil recuperación cuando mueren.
Una vez vistas las fases de la fermentación anaerobia y viendo que existen varios factores de influencia, que debemos tener en cuenta si queremos producir energía de forma constante y consistente, repasaremos someramente estos factores.
Ya hemos hablado del menú, de la dieta que vamos a introducir al digestor, ¿cuáles son los elementos, las materias primas con las que vamos a cocinar en nuestra planta?
Podemos utilizar excrementos de animales o humanos, aguas residuales de industria, siempre que sean orgánicas, como por ejemplo de al producción de alcohol, procesado de frutas o verduras, lácteos, carnes, residuos de matadero, etc.
Todos ellos son relativamente fáciles de encontrar en el medio rural, de ahí que desde antiguo se utilice el proceso de biometanización para la producción de energía.
Como curiosidad comentaremos que existen plantas en Valencia que están utilizando decomisos de alcohol de contrabando o productos alimenticios caducados o que no han pasado los controles de calidad de cierta cadena de supermercados.
Como pueden ver la variedad de materias primas es vasta y hace muy importante la figura del técnico que decide qué se mete y en que proporciones en el digestor, y teniendo en cuenta que son necesarias algunas sales minerales dentro del digestor para el correcto funcionamiento del proceso.
Otro factor a tener en cuenta es el de la temperatura. El proceso se inicia siempre que estemos por encima de 5ºC y se detiene si se sobrepasan los 70ºC.
En general la actividad biológica aumenta con la temperatura y por tanto obtendremos más gas. Sin embargo ya hemos mencionado que la fase acidificación precisa de energía en forma de calor, el proceso necesita aporte de calor externo; cuanto más aportemos más complicada y cara será nuestra instalación, por lo que deberemos buscar un equilibrio.
Si trabajamos por encima de 20º deberemos aislar el digestor, por ejemplo, si estamos en zonas muy frías, que no es el caso de Colombia en general, y quizá esto pueda llevar al traste el proyecto, si aumentamos excesivamente la temperatura de funcionamiento.
La temperatura también acelera el proceso de degradación por lo que a más temperatura menos tiempo necesita la materia dentro del digestor, con lo que necesitamos digestores más pequeños o mayor rotación de la materia prima. Vemos pues que la temperatura es un factor fundamental del que dependen multitud de variables dentro del proceso.
El tercer factor que aparece es el llamado tiempo de retención, que viene a determinar el tiempo que la materia orgánica ha de permanecer en el digestor. Podemos encontrarnos con digestores discontinuos, dónde tiene sentido hablar de tiempo de retención y sistemas de digestores continuos, dónde lo correcto es hablar de la cantidad de materia por unidad de tiempo.
El tiempo de retención para digestores discontinuos es el tiempo que necesita la biomasa para degradarse. Para digestores continuos se determina como el cociente en días de volumen del digestor por el volumen de carga de biomasa diaria.
Este tiempo de retención dependerá de la temperatura y de la dieta que introduzcamos. Mayor temperatura implica menor tiempo de retención, como ya hemos comentado.
Otro factor a controlar en nuestro digestor es la acidez, el nivel de pH. Suele oscilar entre 7 y 8,5. El proceso suele autorregularse por lo que cuando el pH sale del rango de funcionamiento normal es un indicador de que las cosas no están funcionando como debieran, generalmente implica una variación en uno u otro sentido de la relación de bacterias de las fases ácidas iniciales (fases de hidrólisis y de acidificación) y las bacterias metanogénicas, las que acaban transformando la biomasa para obtener metano principalmente.
Las bacterias tienen mayor movilidad dentro de una biomasa o sustrato líquido que dentro de uno sólido, por lo que la inclusión de sólidos de cualquier tipo puede afectar de forma negativa a la producción de metano. En cualquier caso, se pueden encontrar datos de producción de biogás con un nivel adecuado e interesante de metano en producciones con niveles altos de sólidos. Por lo que se recomienda un nivel de sólidos de entre el 8 y el 12% en la biomasa.
La inclusión de inoculantes es importante sobre todo en digestores discontinuos pues iniciamos el proceso de forma repetida y puede ser interesante añadir sustratos de otros digestores que ya contengan un nivel elevado de bacterias, para que se llegue antes a una fase de equilibrio que eleve al máximo el rendimiento del digestor de forma rápida.
Es importante también la agitación del sustrato de biomasa dentro del digestor. Con esto conseguiremos varias cosas:
- Facilidad de movimiento de los metabolitos producidos por las bacterias
- Mezcla uniforme entre el sustrato de biomasa fresca y las bacterias
- Deshacer la costra que se forma en el digestor
- Evitar espacios donde no haya actividad bacteriana
Para realizar una correcta agitación hay que tener en cuenta que los elementos que se producen cada fase de obtención del biogás son el alimento de la siguiente y, por lo tanto, hay que mantener un equilibrio entre todas ellas.
Finalmente debemos tener presente que existen algunas sustancias, tales como metales pesados, que en concentraciones suficientes pueden ser ralentizadoras o incluso inhibidoras del proceso de biometanización.
Altas concentraciones de ácidos volátiles o de nitrógeno o amoniaco también inhiben el proceso.
Una vez llegados a este punto, y con los datos manejados hasta ahora, ya seríamos capaces, al menos teóricamente, de conseguir un biogás apto para producir energía a través de la degradación controlada de biomasa.
Como estamos viendo existen multitud de factores y es un proceso cuyo éxito o fracaso está estrechamente ligado a ellos. No obstante hay que recordar que es un proceso totalmente natural, por lo que incidir en estos factores supondrá obtener un biogás lo menos pobre posible (en lo que porcentaje de metano se refiere) y por lo tanto con mayor poder energético.
Ahora veremos como, una vez degradada la biomasa y obtenido el biogás producimos la energía, que es un proceso mucho mas sencillo y estandarizado. Veamos que nos hace falta para esto.
Según los gráficos tenemos una alimentación, digestores, un motor de generación y unos productos de desecho.
Este es el esquema, de forma general y somera, de lo que debe contener una planta de generación de energía, mediante la biometanización. Veamos cada uno de estos elementos más detenidamente:
Alimentación:
Dentro de una planta de generación de energía eléctrica por obtención de biogás caben todo tipo de residuos orgánicos. La biomasa que podemos utilizar es variada: excrementos de animales, sobrantes de matadero, residuos agrícolas, comida en mal estado, residuos de la vid o el olivo, alcoholes, o incluso de la industria cosmética, por ejemplo.
Generalmente la alimentación se produce a través de unas balsas donde se deposita la biomasa orgánica en estado líquido, con un contenido en sólidos como ya hemos venido comentando de alrededor un 10%. Estas balsas estarán conectadas con el digestor o digestores. Dependiendo del diseño de nuestra planta, el tiempo de retención, la dieta, etc iremos depositando sustrato, biomasa, que poco a poco si el digestor es continuo, o en la cantidad que hayamos determinado, si es uno discontinuo, entrará en el digestor, que es la siguiente etapa de nuestra planta y del que hemos hablado hasta ahora como el lugar físico dónde tiene lugar la conversión de la biomasa en biogás, la biometanización.
Digestor:
Suelen ser a nivel industrial. Las cúpulas que vemos en los dibujos, con una tapa esférica y elástica, generalmente construidos de hormigón armado, con diámetros de 25 o 35 metros y profundidades de unos 3 metros que junto con los 3 metros que sobresalen de la tierra, nos dan digestores de aproximadamente 42.000 m3.
En el digestor encontraremos las sondas para controlar los valores de pH o de temperatura, la calefacción que mantenga dicha temperatura de servicio del digestor que hayamos definido, y por supuesto en la parte superior, el conducto que conecta el digestor con la zona de generación de energía eléctrica por dónde el biogás circula, para introducirse en los motores que serán los encargados de producir la electricidad y, también es muy importante, el calor.
Generadores Eléctricos:
Los motores que se utilizan para la generación eléctrica, son motores preparados para trabajar con biogás, se conectan a un alternador y éste a un centro de transformación eléctrica que conecta con la red general de distribución de energía eléctrica.
Como se puede observar, una vez producido el biogás a partir de la biomasa, la producción de energía es prácticamente estándar, muy sencilla.
Otra cosa mucho más peliaguda es que hacemos con esa energía.
Almacén de digestato:
Finalmente y conectado con el digestor encontramos el almacén de los productos digeridos, llamados digestato. Su uso está muy extendido como fertilizante.
El digestato ya no tiene malos olores como los residuos iniciales y está libre de contaminantes, pues habremos filtrado dichos contaminantes antes, justo a la salida del digestor.
Es evidente que una planta industrial de producción de energía eléctrica con biogás tiene muchos otros elementos, que son importantes y que cabría enumerar al menos además de los ya mencionados:
- El quemador de seguridad, puesto que los motores admiten una determinada cantidad de biogás en regimen constante y con el quemador podemos absover los picos de biogás.
- La sala de control. Hemos comentado la multitud de factores que influyen en el proceso de fermentación anaeróbica para la producción del biogás y también parece lógico controlar correctamente la producción de energía eléctrica y térmica, para lo cual se hace imprescindible contar con una sala de computadores, donde se controlen todos estos aspectos, con las correspondientes alarmas que nos informen de que algo no está funcionando bien.
- Existe una zona de conexión de los motores generadores de energía eléctrica con la red general, donde evacuaremos la potencia eléctrica generada mediante la aparamenta eléctrica correspondiente.
- Por supuesto existen circuitos de agua o gas interconexionados en los diferentes elementos de la planta.f
Reflexiones sobre la conversión de biomasa en biogás
Hasta aquí la parte más teórica y teórica de la ponencia. A partir de ahora me gustaría compartir con todos unas pequeñas reflexiones, un poco más personales basadas en mi experiencia, y no tan teóricas, sobre la conversión de la biomasa en biogás, y todo el proceso de biometanización con la fermentación anaeróbica.
Como hemos visto, una vez transformada la biomasa en biogás, obtener energía eléctrica es tan sencillo como meter el biogás en un motor de combustión. Cierto es que con las claves que hemos comentado obtenemos un mejor biogás, lo que se traduce no solo en más energía si no en mayor durabilidad y eficiencia de las instalaciones.
Por lo tanto, todo lo comentado hasta ahora viene a colación para tratar de generar un gas pobre, lo menos pobre posible, pero existe un factor determinante en lo que a nuestros resultados de generación de biogás y es que un motor de combustión interna alternativo (MCIA) nos va a ofrecer un rendimiento de alrededor del 30%, es decir, que sólo seremos capaces de transformar en electricidad un tercio de la energía disponible en la dieta de biomasa que hemos introducido en nuestro digestor, de forma directa.
Parece pues necesario que estudiemos distintas estrategias para que nuestra planta de generación de energía eléctrica sostenible no se convierta en una planta insostenible económicamente.
El primer paso será aprovechar los dos tercios de energía restantes que no hemos podido convertir en electricidad.
Esos dos tercios de energía se han convertido en calor en el motor generador que quema el biogás, y en principio será un residuo del proceso de combustión.
Aprovechando la energía en forma de calor
Veamos pues como aprovechar el residuo y convertirlo en algo útil.
En primer lugar recordemos que en una de las fases previas a la metanización, en concreto la fase de acidificación, necesita de un aporte de energía en forma de calor, por lo que será interesante que tras haber definido la temperatura de operación en el diseño de nuestro digestor, aprovechemos lógicamente el calor residual para mantener el mencionado digestor a la temperatura adecuada, y así evitar traerla desde fuera. Generalmente nos encontraremos en medios rurales por lo que es complicado traer la temperatura de fuera.
Además en estos medios rurales podemos necesitar calor para muchas otras cosas. Podemos tener nuestra planta en una zona ganadera y quizá sea interesante vender “calor”, energía térmica a otras granjas de los alrededores, o por qué no, a una industria cercana en el área.
Otra posibilidad es la utilización del calor para la climatización de edificios cercanos, pues se puede aprovechar el vapor para climatizar, tanto en invierno como en verano. Está alternativa puede resultar algo costosa.
He dejado para el final, probablemente la más obvia, que no es otra que con el calor del escape calentar vapor y meterlo de nuevo en una turbina de forma que podamos generar más electricidad que es fácil de transportar y económica.
Tanto es así que si no aprovechamos el calor residual vamos a tener muchos problemas para que nuestra planta sea ya no rentable, si no que no se convierta en un pozo sin fondo traga dinero o un monstruo generador de electricidad a un precio desorbitado, abusivo y fuera de mercado.
Si estamos pensando en electrificar y producir energía eléctrica en un área apartada, dónde los recursos económicos de la población son escasos, deberemos intentar no producir una energía excesivamente cara que haga que sea peor tener electricidad disponible que no tenerla.
A modo informativo en el cuadro aparecen los rendimientos energéticos de un quemador de cocina que funcionara con biogás, un motor de gas y una planta donde aprovechamos los gases de escape, el calor residual en definitiva, para producir más electricidad. (Cogenerador)
Como podemos ver, en un extremo, podríamos inyectar directamente el biogás en una red para usarlo en los hogares como combustible, aunque estamos como venimos diciendo, ante un gas pobre con un contenido en metano del 50 al 70%, mientras que el gas natural está por encima de 95% de contenido en metano. No obstante es una solución que se puede estudiar en zonas determinadas.
En este sentido es importante conocer la legislación de cada país o área respecto a la generación de energía, pues por ejemplo esta opción en España es totalmente inviable.
En cualquier caso, lo que me gustaría resaltar es que podemos prácticamente triplicar el rendimiento energético de una planta de biometanización si utilizamos la cogeneración. Por lo tanto es importante que esta idea esté siempre presente de quien tenga que diseñar o explotar una planta de generación de energía a través de la biometanización.
“Si queremos que una planta de biogás sea rentable, sostenible y por lo tanto, beneficie tanto a los que la explotan, los clientes y el medio ambiente, tenemos que aprovechar el calor”
El enfoque sostenible de una planta de generación de energía con biogás. Gestión de residuos
Una vez llegados a este punto ya hemos tratado todos los aspectos técnicos. Hemos visto que tenemos que maximizar la eficiencia energética, como por otra parte es lógico, de nuestras instalaciones de producción de energía eléctrica, lo que redundará en una mayor sostenibilidad, o sustentabilidad, como dicen por aquí, de la planta de biometanización.
Una planta de 1 MW de potencia instalada requiere de una inversión inicial de aproximadamente 10 mil millones de pesos colombianos, lo que supone al cambio 4 millones de euros o 5,25 millones de dólares americanos.
Esta inversión inicial cubrirá la construcción de la planta de biogás y los primeros gastos de operación pero, ¿cómo financiar esta inversión inicial? Depende del país. Hay líneas de apoyo, subvenciones o inversores privados. También podemos invertir nosotros mismos, claro está y vender energía.
De una u otra manera, estas formas de financiación funcionan en todo el mundo. En Alemania, por ejemplo, son famosas las explotaciones porcinas con una planta de producción de biogás al lado, pagada por el propio ganadero, que ha obtenido una subvención o apoyado por un inversor privado, que invierte en la planta y llega a acuerdos con el ganadero.
En este punto, quiero plantear un enfoque distinto. Hasta ahora hemos hablado siempre de una planta de generación de energía eléctrica aprovechando el biogás que genera la descomposición de la biomasa. Ahora quiero tratar la planta de biometanización como una industria de gestión de residuos orgánicos.
Todos los días aparecen en televisión o en los periódicos noticias y reseñas sobre el cambio climático, sobre el que yo tengo una opinión muy particular, que no viene al caso. La sostenibilidad o sustentabilidad es un concepto que aparece en nuestras vidas cada día con mayor frecuencia. Energía renovable y otros muchos conceptos son hoy de común uso.
Una planta de generación de energía por biometanización, en mi opinión y siempre que se pueda, deber plantearse como una planta gestora de residuos. Los excrementos de los animales pueden ser muy contaminantes. También hemos mencionado los productos cosméticos, el alcohol, los mataderos, etc. Todo ello puede llegar al suelo o a los acuíferos y contaminarlos con devastadoras consecuencias en cosechas o en la propia salud de las personas.
Se hace por tanto necesario que vigilemos qué hacemos con los residuos. Parece necesario que se legisle y se determine qué tratamientos hemos de dar a estos residuos potencialmente peligrosos. Cuando esta legislación existe nuestra planta de producción de electricidad y calor con biogás ayuda a eliminar estas sustancias y residuos peligrosos. La legislación ayuda a que las personas estén concienciadas y por lo tanto se deshagan de los residuos conforme corresponde, porque, no lo olvidemos, para que una planta de biogás funcione es imprescindible un flujo constante de biomasa que contenga todos los elementos que conforman la dieta que diseñamos para la planta.
Por lo tanto, nos topamos con otro factor determinante para llevar a buen puerto, un puerto sostenible, nuestra planta de biogás: si no tenemos residuos suficientes no hay planta de generación de energía que sea sostenible. Hay que dimensionar la instalación de biometanización correctamente, dependiendo también de la disponibilidad de residuos y materia orgánica, de ahí que en Alemania, estén junto a una granja que asegura un flujo constante de purines, resolviendo el problema de los residuos a la vez que el del flujo de biomasa y que solo requiere completar la dieta con otros residuos orgánicos.
Evidentemente, si los organismos de control son permisivos y permiten que los residuos no se gestionen conforme a la legislación que se haya desarrollado, no habrá disponibilidad de biomasa y nuestra planta de biogás no funcionará a pleno rendimiento.
Otra consecuencia importante de todo esto es que no se debe colocar una planta en cualquier sitio, si queremos rentabilizarla y que sea sostenible o sustentable. Es necesario que haya residuos suficientes y con un flujo seguro durante el periodo de vida de la planta. Tenemos pues que resolver con nuestro diseño un problema energético, pero también uno logístico.
Continuando con el enfoque de panta de gestión de residuos, en lugar de planta de producción de energía eléctrica (y térmica, no lo olvidemos) tengamos en cuenta que de la instalación obtenemos el biogás que transformamos en calor y electricidad y que contiene CO2 y H2S. Respecto al primero hay que decir que es el mismo CO2 que las plantas y animales han obtenido de la atmosfera y que por lo tanto no añadimos más, no creamos CO2 como en otros procesos de generación de energía, como la combustión de petróleo u otros combustibles donde al romper las cadenas hidrogenadas de carbono introducimos mas dióxido de carbono en el sistema.
El sulfhídrico que obtenemos, por otro lado es muy poco, del orden de pocos centímetros cúbicos al día, y que puede eliminarse y tratarse de forma sencilla en plantas especializadas o reutilizarse en otras industrias que lo utilicen.
De la planta de biogás obtenemos, como ya vimos el residuo de la biomasa digerida, llamado digestato que es un fertilizante natural y que puede comercializarse. El agua del proceso también es un buen fertilizante, por ser agua nitrogenada, y puede utilizarse para regar campos.
Por lo tanto, si somos capaces de conjugar todos los elementos mencionados en nuestra planta de conversión de biomasa en biogás, no sólo tendremos generación de electricidad, si no además energía térmica, fertilizantes y gestión de residuos, estando más cerca de la sostenibilidad. Tendremos plantas que gestionan residuos y que cobran por ello, y que además generan electricidad y energía térmica y que alcanzan rendimientos del capital del 15% durante 25 años, dependiendo del precio de venta de la electricidad.
No podemos olvidar la rentabilidad económica pues sin ella no existen proyectos sustentables, ni viables.
Finalmente y para recapitular, hemos hablado de:
- El complejo procedimiento para convertir la biomasa en biogás.
- Hemos determinado que es necesario aprovechar el calor que generemos junto con la electricidad.
- Y también hemos comentado que económica y ecológicamente hay que considerar las plantas de biogás como plantas de gestión de residuos.
Estas son las tres ideas fundamentales que quería transmitir en mi conferencia.
Muchas gracias.