Hay momentos en la vida, circunstancias aparte, en los que es buena terapia sacar las ideas fuera del tarro. Aquí os he ido dejando las mías que son estas, y por suerte o por desgracia, si no te gustan, no tengo otras. Luego la cosa se convierte en hábito, en vicio malsano o en la caña del viernes del cerebro, del corazón o del intestino, y cuesta dejarlo.

Conforme ha pasado el tiempo, las circunstancias te van llevando de aquí para allá, y a mi me llevaron al Comité Ejecutivo Federal del Partido Libertario (P-LIB) en diciembre de 2.014, aunque mi militancia se remonta al 2.009, año de su nacimiento. Desde siempre he creído en lo que hago y he hecho lo que me pareció conveniente.

Así nació esto, y así sigue, como terapia de rehabilitación, desintoxicación o vómito de bilis. Según los días. Espero no ser desagradable, pero tampoco pretendo agradar. Ahora tiene también un poco de llamada, de colaboración, de ser consecuente, y de mojarse, que ya tocan. Me han acogido en los últimos tiempos en ValenciaOberta.es y en el HeraldPost.es como columnista recurrente, así que les presto mis ideas y mi tiempo. Aquí dejo las pruebas del delito, para cuando tenga que ser juzgado.

Esto siempre se llamó Comentarios Otomanos, pero llega un momento en la vida, en que te tuercen el gesto, y merece la pena cambiar el nombre prestado por el de uno mismo y tomar las riendas con la frente alta.

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y ve el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Estambul