Vengo manteniendo desde hace mucho, la negación de eso que llaman derechos, excepción hecha del derecho a la vida y a la propiedad, que es el mismo, puesto que uno se posee a sí mismo, para empezar. Eso y poco más es la libertad. La imposición de los derechos, desde el Estado o desde cualquier otro estamento, eso de los derechos humanos, que tan bonito queda, no es más que una suerte de masturbación mental que nos hacemos los humanos biempensantes, para quedar bien con nuestros congéneres. No pasa del desideratum.
Feo queda decir que no tienes derecho a una vivienda, a ir vestido o a la comida, pero frente a esos derechos que parecen inquebrantables, está el derecho del productor de esos bienes a recibir algo por ellos o a dártelos de buena fe. Es triste pedir, pero está muy feo eso de robar. Así me lo aprendí yo. Así sabes tú que funciona en tu foro interno. Frente a un derecho de esos básicos, siempre se enfrenta el derecho, no menos básico del que ha trabajado para poder suministrar aquello que se reclama.
Y claro, puesto que no hay hombres mejores que otros, personas más que otras, no puede haber derechos de personas, más que derechos de otras. Ergo no puede haber derechos. Así de sencillo.
Pues habrá unos más importantes que otros. Y quién hará la clasificación, ¿tú? ¿yo? ¿él? ¿la ONU? Frente a cualquier clasificación de derechos siempre habrá alguien que no estará de acuerdo, y en virtud de que no hay unos más que otros, ese inconformista no puede ser menos que aquellos que si acatan. Ergo no hay clasificación de derechos. Así de claro.
A partir de aquí, todo lo demás son brindis al sol, quiero y no puedo, y que lástima cómo está el mundo. Nada más.
El derecho implica una obligación. Si quieres un abrigo tienes la obligación de pagarlo u obtenerlo de forma lícita, sin atentar contra la propiedad del que lo tiene (de nuevo, la propiedad privada como derecho inalienable y real, puesto que una vez obtenido de forma lícita a nadie se escapa que sí es tuyo) Y no cumplir con las obligaciones niega los derechos. Ergo si no cumples con la obligación que acarrea el derecho no tienes derecho, ergo la obligación está primero que el derecho.
Y dicho todo esto, que podemos decir de las hipotecas, los toros y lo que ha venido siendo la semana en España. Yo dejo mi pequeña tesis aquí. El que quiera entender que entienda.