
Los argumentos que se esgrimen en favor de la mencionada ley se agolpan entorno a la defensa de la salud, de la de los no fumadores y de la de los trabajadores de los locales. Esa son las razones que aduce la gente. Y el legislador.
También hay quien dice que un bar o cafetería no es propiedad privada, en virtud de que necesitan licencia, pero me niego a no considerar propiedad privada el negocio de alguien, que además de dinero en impuestos sangrantes, se parte el lomo echando más horas que un reloj para sacar su negocio adelante. Es una propiedad privada. Un negocio es de su dueño. Sea el bar de al esquina, la merceria o Inditex, que es del señor Ortega.
Y es este el asunto que me importa y que me desvela, pues ahora mismo son las 2 y media de la madrugada. Me resulta del todo inadmisible que uno no pueda hacer en su negocio lo que quiera. Me chirría en los oídos y me hace salivar. Me duele que, poco a poco, y apoyándose en bondades, nos vayan robando parcelas de libertad, poder de decisión y de elección.

Ahora es distinto. Ahora hemos cercenado otra parcela más de libertad. La del dueño del bar a llevar su negocio a su voluntad. Con agravios comparativos debido a la ley anterior, por cierto. Todo bien legitimado por la salud. Lo cual legitimaría que el estado, por ejemplo, prohíbíera los coches o nos obligue a comer o vestir de cierta manera. Es por tu bien. Sin darnos cuenta, entregamos nuestra libertad al estado, y de más está decir como está el patio, en este nuestro país, España. El papa estado vuelve a decidir por nosotros. Y lo hace enfrentando mis derechos a los tuyos, y claro, son más importantes los derechos de los que hacen el bien. Carguémonos pues el derecho a un juicio justo, si lo han cogido, algo malo habrá hecho.
El que quiera más argumentos, que visite el evento
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Se me ha ocurrido la solución. Todos los bares de españa se cierran. Por lo tanto dejan de pagar impuestos como bares. Por lo tanto ahora sí son propiedades privadas de sus dueños. En ese momento permiten entrar dentro a quién quieran. Los que entran ponen un dinero (bote) con el que comprar cosas, y es el dueño el que lo gestiona y entrega los pinchos y las bebidas.Es decir, lo mismo que hago yo en mi casa. Y que yo sepa, aún (y digo aún) puedo hacer eso en mi casa sin que venga el gobierno a tocar las narices.Así todos tan contentos, podrían fumar, podrían beber, podrían hacer lo que les salga de las narices sin necesidad del permiso del legislador. Y más importante, sin que les sangren a impuestos.Un saludo FelinoMiau
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Algo así acabarán haciendo, clubs privados, pero bueno, mientras que pierdan dinero una temporadita que ahora nos lo podemos permitir, o no? Ayer publicaba en facebook la noticia que llenaba los periodicos de Valencia. El bar de al lado de mi casa ya tiene denuncias por ruido, con todos los papeles en regla. Vivo en una peatonal de 5 metros de ancho. El bar tiene terraza y molesta a los vecinos, que duermen a 3 metros de la aglomeración. La calle llena de carteles, los vecinos indignados porque no duermen, con razón y el bar con todos los permisos, con razón. Ya tenemos el lio montado, por culpa de los de siempre. No tiene que ver en sí con la ley antitabaco, pero es otra de sus consecuencias.
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